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Cuando aprendemos de la abundancia de la Tierra, creamos abundancia

Updated: Jan 4, 2022

En nuestra sociedad mercantilista moderna, constantemente estamos recibiendo recordatorios de "más". Navegar el Internet revela anuncios extraídos de datos que nos dejan anhelando más bienes y experiencias materiales.


Socializar en línea nos provoca anhelos profundamente arraigados de más salidas, conexiones e incluso más amor. Vivir nuestra rutina diaria centrada en el trabajo a menudo nos deja con ganas de más descanso, más tiempo y más espacio. Debido a que las estructuras sistémicas manipulan la forma en que percibimos el mundo, este insidioso y constante impulso por "más" tiende a abrirse camino en nuestra conciencia.


Sin darnos cuenta, nuestra mentalidad se orienta a querer más, sin nunca sentir que tenemos lo suficiente. Tales suposiciones omnipresentes se convierten rápidamente en creencias, y nuestras creencias engendran comportamientos que, en última instancia, crean nuestra realidad colectiva.


En otras palabras, recreamos las condiciones del mundo que consumimos. Por lo tanto, cuando actuamos desde una mentalidad de escasez, creamos escasez. La escasez encaja nuestros inmensos mundos cognitivos en cajas pequeñas y sofocantes. Nos lleva a creer que simplemente no hay suficiente de nada en el mundo para nosotros y, por extensión, que debemos competir por la poca cantidad de recursos que realmente existen.


De algún modo todos estamos jugando un juego de suma cero; cuando un jugador gana, el otro jugador pierde. El mundo es un gran pastel que de alguna manera no tiene suficientes piezas para todos. Cuando operamos desde un lugar de escasez, nuestras mentes se orientan efectivamente hacia lo que no tenemos, en lugar de notar lo que tenemos.


Los psicólogos sostienen que el pensamiento de escasez en realidad da forma a la forma en que el cerebro procesa la información y toma decisiones.


Nos preocupamos tanto por la escasez que constantemente perseguimos lo que está ahí fuera, lo que está más allá de nosotros.


Esto puede tomar la forma de sentirse insatisfecho con nuestra forma física, sentir la presión constante de vivir una vida extraordinaria o sentir que nunca nos sentimos satisfechos con nuestras condiciones actuales. Lynne Twist, autora de El alma del dinero, nos dice que la cultura del dinero omnipresente, o la institución del consumismo, crea tres creencias míticas fundamentales, arraigadas en la sociedad:

  1. No puedo ayudar a los demás hasta que yo tenga suficientes recursos.

  2. Más siempre es mejor.

  3. Así es como funciona el mundo y nada puedo hacer para cambiarlo.

Sin embargo, una mentalidad de escasez es solo eso: un conjunto de creaciones mentales. Aunque la escasez es a menudo la configuración predeterminada de la mente inconsciente hacia un mundo de constantes presiones frente a las fuerzas sistémicas, es posible optar por volvernos conscientes frente a un mundo de abundancia.


En contraste con la escasez, la abundancia aprovecha el poder de la suficiencia, el darse cuenta y la generosidad para interactuar con el mundo. La mentalidad de abundancia nos otorga la perspectiva de abrazar toda la belleza de nuestro mundo. Ya no estamos predispuestos a convertirnos en un túnel hacia la carencia impulsada por la ansiedad; estamos motivados a apreciar la naturaleza abundante de nuestra realidad.


Nos ocupamos de la gratitud por el tiempo que tenemos, el amor que experimentamos, los espacios que nos retienen. Debido a que nuestros mundos cognitivos se alinean con la suficiencia no competitiva para todos, nuestros corazones se abren para compartir y dejar fluir la abundancia.


En otras palabras, no hay necesidad de acumular nuestros recursos por miedo y vergüenza; tenemos la capacidad de entender que siempre tendremos lo suficiente. Nuestro mayor maestro de la abundancia es la ecología. En la primavera, los pastizales que alguna vez estuvieron inactivos se despiertan con los sonidos de los polinizadores que se unen, se multiplican y propagan vida nueva en forma de flores y frutas.


Un jardín al que se le haya otorgado un suelo con un equilibrio ideal de nitrógeno-fósforo-potasio producirá una abundancia de vegetales suficientes para alimentar a toda una aldea. Los árboles forestales trabajan con redes de hongos subterráneos para compartir recursos de nutrientes que aseguran ecosistemas en constante crecimiento.


En resumen, la tierra demuestra lo poderoso y vivificante que es relacionarse con los demás desde un lugar de abundancia, generosidad e interdependencia. La abundancia no implica inclinarse hacia la complacencia y aceptar nuestras condiciones sociopolíticas como son.


Como seres humanos orientados a la abundancia, creemos que hay suficientes recursos para todos y que debemos crear redes resistentes de ayuda mutua y solidaridad para abordar esta realidad. Es nuestra responsabilidad asegurar que cada ser viva en abundancia con suficientes recursos materiales.

La perspectiva capitalista contemporánea de la sostenibilidad ambiental asegura que los humanos son inherentemente antinaturales.


Para mitigar el cambio climático, se piensa, debemos reducir nuestro impacto ambiental e incluso sacrificar lo que necesitamos para vivir una vida de suficiencia.


En cambio, la sustentabilidad orientada a la abundancia aboca por regresar a la tierra e invertir activamente en su futuro, restaurando, regenerando y renovando la vida abundante que genera.


Como miembros de nuestros ecosistemas más grandes, movilizamos nuestro poder abundante para tomar medidas ambientales directas en lugar de dejar que las tácticas basadas en el miedo nos convenzan de que lo único que podemos hacer es reducir el consumo.


Tenemos todo el tiempo, el poder y los recursos que necesitamos para cuidar la tierra de manera activa e intencional. En conjunto, vivir como humanos por la abundancia significa construir un movimiento ilimitado centrado en nutrir los ecosistemas de manera permanente, y en las personas que nos nutren. Defendemos la abundancia responsable que genera vida, alegría y nos permite compartir unos con otros.


Nos comprometemos a desaprender el pensamiento de escasez para que nuestras acciones generen abundancia para todos.

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