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Rescate de árboles de caoba y otras especies en peligro de extinción

Si es que acaso has escuchado hablar de los árboles de caoba, tal vez te imaginas unos árboles altísimos, de troncos muy gruesos… pues es lo que se nos viene a la mente cuando pensamos en los camiones que, tristemente, transportan esta madera fuera de la selva amazónica.

Por lo tanto, si les decimos que, en la siguiente foto, el árbol que Omar nos está indicando es una caoba, quizás piensen que se trata de un ejemplar muy joven, de unos cuatro o cinco años… tal vez de unos diez. Pero no: el árbol en esta foto ya tiene 40 años.

Y es que, para que un árbol de caoba tenga el tronco grueso que le caracteriza, debe tener muchísimos años: tal vez 200 o 300. Su condición de ser un árbol de lento crecimiento se evidencia en el origen mismo de su nombre: la palabra ‘tauba’ significa ‘año’ en el idioma tupí, la lengua de un pueblo originario de Brasil, Paraguay, Argentina y Bolivia. Estos indígenas utilizaban los anillos del tronco, muy visibles, para contabilizar el paso del tiempo. ​

El árbol de caoba tiene una madera de color rojizo y ha sido, para su mala suerte, desde tiempos coloniales, muy apreciada para fabricar muebles de lujo. Es nativo del continente americano y la variedad oriunda del Ecuador es la caoba de hoja grande (Swietenia macrophylla), que se extiende desde México hasta el sur de la Amazonía brasileña. A pesar de que, desde hace algunas décadas, ya es cultivada comercialmente, su extracción ilegal sigue representando un grave problema en toda la región, pues esta tala es muy destructiva para el medio ambiente y ha llevado a este árbol a considerarse una especie en peligro de extinción.

Se calcula que el costo económico de la tala ilegal en la región representa decenas de millones de dólares americanos cada año. Considerando que es un negocio millonario, ¿cómo podemos atenuar en algo esta destrucción? ​Además, mientras siga habiendo quien pague miles de dólares por un árbol centenario, habrá quién los venda. Muchas veces, familias enteras dependen de ese ingreso ocasional para subsistir, pues tienen en sus terrenos árboles centenarios muy valiosos.

Por todo esto, Humanos por la Abundancia se ha ingeniado dos estrategias para ayudar a las familias de la Amazonía con una fuente de ingresos y para proteger estos árboles. La primera estrategia es ofrecer la restauración ecológica de fincas como un ecoservicio que cualquier persona en el mundo puede "comprar". Con ese dinero, la gente local aprende a restaurar el bosque, consigue semillas de árboles nativos, regenera los suelos con fertilizantes naturales, y siembra y cuida los árboles.


La otra estrategia es nuestro nuevo ecoservicio que permite que cualquier persona apadrine uno de estos árboles centenarios, para que, a largo plazo, el árbol vivo pueda brindar a la familia el mismo valor que recibiría por cortarlo y venderlo en el mercado negro.


Omar Tello, quien ha hecho la misión de su vida restaurar su pedazo de selva amazónica y rescatar tantas especies nativas de vegetación como pueda, tiene árboles muy valiosos en su propiedad como caoba, guayacán, chonta caspi, palma de chambira, yuyún, bálsamo, moral, entre otros.



Otros restauradores que trabajan con Humanos por la Abundancia tienen menos especies de árboles en sus fincas, pero todavía se pueden encontrar algunos ejemplares enormes que vale la pena proteger.

Si deseas proteger uno de estos árboles, haz clic aquí: https://www.humansforabundance.com/bioservicios


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