Omar Tello es un hombre de sesenta y tres años de edad, de constitución ligera. De niño, amaba la naturaleza y soñaba con vivir en la selva.
Sin embargo, se hizo contador, un trabajo que nunca le gustó. Anhelaba un cambio radical en su estilo de vida, así que, hace cuarenta años, compró una parcela de tierra en la provincia de Pastaza, que se usaba para el pastoreo de ganado. Omar compró esta tierra y convertirla nuevamente en selva tropical ha sido su misión en la vida.
Su finca tiene 300 metros de largo y 230 metros de ancho y, hoy en día, es como una isla de selva tropical, rodeada de tierras de cultivo y casas. Para restaurar su terreno, se levantaba a las 5:00 am para cuidar su tierra por un par de horas, luego se iba a su trabajo como contador, y regresaba a su chacra por las noches.
Poco a poco, sembró muchos árboles y plantas, que están en peligro de extinción, y solo se pueden encontrar en lugares muy remotos. Lo logró viajando a zonas que estaban siendo taladas, buscando semillas y plantas que pudiera rescatar.
Omar tuvo una dura batalla con el suelo; era una tierra tan pobre que tuvo que fabricar un suelo nuevo, suficiente para cubrir todo su terreno. Le tomó cerca de 15 años solo restaurar el suelo. Usó aserrín para hacer abono, añadiendo otras cosas, como estiércol. A medida que todo se pudrió, se convirtió gradualmente en el rico y nutritivo suelo que es hoy en día.
Tiene dos cobertizos que albergan cientos de plántulas: tiene unas diez mil. Omar regala muchas de sus plantas a personas que están interesadas en el trabajo de restauración. Pero también utiliza su vivero para cultivar plantas ornamentales, que vende. Eventualmente, 20 años después de que compró la tierra, comenzó a ganar suficiente dinero para dejar su trabajo como contador.
Cultivar una selva tropical, y criar cuatro hijos —dos de los cuales tienen necesidades especiales— ha sido muy difícil para Omar y su esposa, Lupe. Incluso ahora, Omar se despierta a las 6:00 de la mañana todos los días. A veces, una cosa lleva a la otra, y termina trabajando a las 10:00 de la noche. Dice que puede ser un trabajo muy cansado, pero le llena de vida. Y, mientras tenga energía, seguirá trabajando en la restauración de la selva.